martes, 19 de febrero de 2008

Los aumentos en el índice de masa corporal elevan el riesgo de varios tipos de cáncer

Los aumentos en el índice de masa corporal (IMC) elevan el riesgo de varios tipos de cáncer, comunes y menos habituales, según un estudio de la Universidad de Manchester y del 'Christie Hospital NHS Foundation Trust' en Manchester (Reino Unido) que se publica en la revista 'The Lancet'.

Este incremento en el riesgo varía entre los sexos y los diferentes grupos étnicos en función del tipo de cáncer. Los investigadores realizaron un análisis de estudios previos de 221 conjuntos de datos que incorporaban 282.137 casos para determinar el riesgo de cáncer asociado con un aumento de 5 kg/m2 en el IMC.

Los autores descubrieron que en hombres, un aumento de 5 kg/m2 en el IMC ascendía el riesgo de cáncer de esófago en un 52 por ciento, de tiroides en un 33 por ciento, y de colon y riñón en un 24 por ciento.

En el caso de las mujeres, el mismo incremento en su IMC elevaba el riesgo de cánceres de endometrio y vejiga en un 59 por ciento, de esófago en un 51 por ciento y de riñón en un 34 por ciento.

Otras asociaciones más débiles mostraron un aumento en los cánceres rectal y el melanoma en hombres; los cánceres de mama, pancreático, tiroideo y de colon en mujeres; y de leucemia, mieloma múltiple y linfoma no Hodgkin en ambos sexos.

Los científicos también descubrieron que las asociaciones eran más fuertes en hombres que en mujeres en el caso del cáncer de colon, un 24 frente al 9 por ciento de aumento en el riesgo. Las asociaciones fueron similares en los estudios de Norteamérica, Europa y Australia, así como en la región de Asia-Pacífico pero se descubrió un vínculo aún mayor entre el aumento en el IMC y los cánceres de mama en las poblaciones de esta última región.

Los autores concluyen que estos datos apoyan el estudio de los mecanismos biológicos que vinculan la obesidad con el cáncer.

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Relacionan los triglicéridos con el riesgo de enfermedad coronaria
Un estudio asegura que se deberían tomar en cuenta junto con el colesterol LDL en los esfuerzos preventivos. Por Ed Edelson Reportero de Healthday (FUENTES: Michael Miller, M.D., director, preventive cardiology, University of Maryland Medical Center, Baltimore; Leslie Cho, M.D., interventional cardiologist, and director, Women's Cardiovascular Center, Cleveland Clinic; Feb. 12, 2008, Journal of the American College of Cardiology)

MARTES 12 de febrero (HealthDay News/Dr. Tango) -- Un estudio reciente halla que los altos niveles de triglicéridos son fuertes predictores de problemas cardiacos y que, por tanto, deberían estar entre las medidas de grasas sanguíneas de los programas de prevención.

"Tradicionalmente, los triglicéridos han sido considerados como ciudadanos de segunda", dijo el Dr. Michael Miller, director de cardiología preventiva en el Centro médico de la Universidad de Maryland y autor principal del informe que aparece en la edición del 15 de febrero de la revista Journal of the American College of Cardiology..

"El colesterol LDL siempre ha sido el centro de atención. Sabemos que el LDL está estrechamente relacionado con llevar el colesterol a las células barredoras, que a su vez lo depositan para formar placas en las arterias. Este estudio muestra que los triglicéridos por sí mismos son también lípidos a los que culpar".

El estudio original fue diseñado para evaluar la efectividad de las estatinas reductoras del LDL, Pravachol y Lipitor, en la disminución de la recurrencia de la enfermedad coronaria tras un ataque cardiaco. El nuevo estudio examinó los datos de 4,162 participantes en el ensayo para observar la relación entre los niveles de triglicéridos y la incidencia de problemas cardiacos y muerte.

"Los pacientes que tenían ataques cardiacos regresaban a los 30 días", dijo Miller. "Medíamos sus niveles de LDL y de triglicéridos, luego les dábamos seguimiento durante los dos años siguientes, para evaluar la ocurrencia de nuevos eventos y de la muerte. Si un paciente tenía los niveles de triglicéridos por debajo de 150 [miligramos por decilitro], había un riesgo 27 por ciento menor de que tuviera un nuevo evento con el tiempo.

Tras ajustar múltiples variables como la edad, la diabetes, la hipertensión y la obesidad, la reducción en el riesgo era de veinte por ciento". A diferencia del colesterol LDL, para el que el nivel recomendado en sangre es de 70 o menos, no hay un nivel recomendado de triglicéridos en sangre, apuntó Miller, pero 150 miligramos por decilitro o menos es "considerado como lo deseable".

Cuando los participantes fueron divididos en cuatro grupos según sus niveles de LDL y triglicéridos, los que estaban en el grupo que tenía los niveles de triglicéridos por debajo de 150 y de LDL por debajo de 70 lograron mejores resultados, ya que tenían un riesgo 28 por ciento menor que los del grupo que tenía la mayor lectura de triglicéridos y LDL.

Obviamente, los resultados necesitan confirmarse, dijo Miller. "De momento, no tenemos una recomendación para reducir los triglicéridos, así que el siguiente paso lógico será un estudio que determine si bajar los niveles de triglicéridos y de LDL reduce más el riesgo que disminuir sólo el LDL", apuntó.

Ya están en marcha dos estudios que persiguen ese objetivo, anotó Miller. Una investigación previa ya había señalado esa conexión: un estudio publicado en la edición de diciembre pasado de Neurology halló una relación entre los triglicéridos y el riesgo de accidente cerebrovascular, mientras que investigación publicada en la Journal of the American Medical Association en julio del año pasado mostró que tener altos niveles de triglicéridos en una prueba de colesterol sin ayuno implicaba un mayor riesgo de ataque cardiaco en el futuro.

La Dra. Leslie Cho, cardióloga intervencionista y directora del Centro cardiovascular de la mujer de la Clínica Cleveland, destacó que el nuevo informe "no es una gran sorpresa". "Lo único de este estudio es que aún cuando se controle el colesterol malo LDL por debajo de 70, aún hay que vigilar los triglicéridos", apuntó Cho.

El problema de los triglicéridos es que "son la grasa más inestable del cuerpo", así que se necesitan al menos dos lecturas para tener una medida exacta de los niveles en sangre, explicó. Por lo pronto, destacó Miller, "soy proactiva respecto al colesterol LDL y los triglicéridos".

Se pueden tomar varias medidas para reducir los niveles de triglicéridos, muchas de las cuales ya se recomiendan en por principio general para disminuir el riesgo coronario. Una es consumir una dieta mediterránea, rica en pescado. Los ácidos graso omega-3 pueden reducir los niveles de triglicéridos, al igual que la niacina, y el ejercicio tiene un efecto beneficioso, señaló Miller.

Las estatinas también tienen algún efecto reductor sobre los niveles de triglicéridos, anotó. "Si puede reducir de manera efectiva tanto el colesterol LDL como los triglicéridos, logrará un mejor resultado", aseguró Miller.

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